Envíos gratis para pedidos superiores a 69€

Como Acariciar a un Gato

Como acariciar a un gato

¿Tienes curiosidad por saber cómo le gusta a tu gato que lo acaricien o incluso si le gusta que lo toquen? Descubre la mejor manera de acariciar a un gato para asegurarse de rascar todos los puntos correctos.

Los gatos de todo tipo ruegan que los toquen. La mayoría tiene el pelo suave en el que a nuestros dedos les encanta perderse, y cuando se acercan y ronronean en voz alta, lo tomamos como una señal de que les encanta la atención.

Pero, ¿es realmente satisfacción lo que siente cuando le frotas la cabeza o el vientre? Tal vez no. Lo creas o no, hay una forma correcta y una forma incorrecta de acariciar a un gato y muchas personas no saben la diferencia.

Ya sea que seas un nuevo dueño de un gato que busca todas las respuestas sobre el cuidado de un miembro felino de la familia o un amante de los gatos desde hace mucho tiempo que solo espera mejorar el vínculo entre tu gatito y tú, cualquier persona que interactúe con un gato podría utilizar estas pautas sobre cómo les gusta que los toquen.

Pasa muy a menudo. De pronto vemos a esa adorable bola de pelos suave y esponjosa y ¡zas!… nos abalanzamos a intentar acariciarla, sobarla e incluso hay algunos más arriesgados que intentarán abrazar y besarla, como si fuera un perrito y por qué no, un peluche… ¡grave error!.

Si todo sale bien el pequeño felino, solo hará lo indecible por huir de ti y seguro que lo logrará. En este punto te recomendamos que no fuerces la situación y lo dejes ir ya que a los gatos a diferencia de los perros, no le gusta que alguien que no conoce los toquen y si requieren de tu caricias, ellos te lo harán saber.

Empieza Presentándote

Amor a primer vista.

Si un gatito “hace clic” contigo, lo primero que hará será acercarse. Esto ya es bastante. Por lo general, un gato es muy prudente y sutil para demostrarte su afecto. Si no te conoce lo más probable es que no se te acerque mucho e incluso muchos se esconden o buscan lugares altos de la casa para observarte y sentir que tienen controlado su territorio.

No me mires.

En su hábitat natural, cuando los gatos van a cazar, se esconden, se agazapan y avanzan lentamente, fijando la mirada en su presa. Sus pupilas se dilatan un poco y casi no pestañean mientras estén concentrados en su faena.

Es muy importante que te expliquemos esto, ya que muchos cometen el error de mirar fijamente a un gatito cuando se le acercan para acariciarlo. Recuerda: jamás lo mires a los ojos, ya que para ellos es una real amenaza que lo hagas y con seguridad, no le gustara y saldrá disparado de tu lado.

¿Cómo saber cuando un gato quiere que lo acaricie?

Muy simple: el te acariciará primero. Una vez el gato se acerque, deja que instintivamente, se frote sobre ti. Lo más usual es que lo haga primero con el cuerpo y más adelante con sus mejillas. 

En ciertas partes de su cuerpo, ellos tienen feromonas felinas y como a los gatos les gusta que tú huelas a ellos, cuando se frota sobre ti, lo que busca es impregnarte de su olor. Esto es fundamental para que le inspires confianza y el proceso de socialización contigo continua. 

Importante: en este punto, aún no lo toques, solo deja que te impregne de su olor por unos minutos más.

Hay una forma correcta de acariciar a un gato … ¿Significa eso que hay una forma incorrecta?

¡Si! Como hemos adelantado los gatos son muy particulares con respecto al contacto físico, y un movimiento en falso puede hacer que corran en la dirección opuesta. Si a un gato no le gusta que lo acaricien, respeta su deseo de que no lo toquen mucho.

“Los gatos son como las personas: algunos disfrutan mucho del contacto físico con los demás y algunos disfrutan solo un poco”.

Por lo general, a los gatos no les gusta que los acaricien en la barriga, las patas, las patas o la cola. Por supuesto, siempre hay valores atípicos: a algunos gatos les encantará cada pizca de afecto, sin importar dónde los toquen o quién lo haga. Pero generalmente, estas son las 8 cosas que nunca debes hacer:

lo-que-nunca-debes-hacer-al-acariciar-a-un-gato
Estas son algunas de las cosas que jamás debes hacer, sobre todo tirarle de la cola. La columna vertebral de los gatos se extiende a lo largo de su colita y si tiras de ella, puedes hacerle un daño irreversible.

¡Ahora sí! Puedes acariciarlo.

Para empezar, debes presentarte. Comienza por acercarle tu mano a la altura de su pecho, por debajo del mentón y dejarlo que te huela para que pueda olerte bien y sepa que no eres una amenaza. Evita que sea desde arriba porque puede verte como una amenaza, a ellos les gusta siempre tener el control y ver todo desde arriba. Tómate las cosas con calma y deja que el gato tome las decisiones.

Luego frota el dorso de tu mano primero sobre sus mejillas de abajo hacia arriba, en dirección del pelo. Luego puedes hacerlo en las bases de las orejas. Todos los gatitos tienen una parte un poco calva justo allí, ya que ese es otro punto de feromonas felinas.

Cuando estes acariciándole la base de las orejas, puedes usar los dedos, eso si, con mucha delicadeza y sin hacer movimientos bruscos.

Una vez te hayas ganado su confianza, puedes continuar con la base del mentón, siempre en dirección del pelo. Con seguridad, a estas alturas él también ya habrá empezado a marcar y si todo va bien, empezará a ronronear en cualquier momento. Recuerda no mirarlo aun a los ojos, aunque el cierre los suyos, no te confíes.

Si has llegado hasta aquí ¡eres muy afortunado!. Pasemos a la siguiente etapa.

¿Dónde prefieren los gatos que los acaricien?

El cuerpo glorioso.

Una vez que os habéis conocido un poco, el gato podrá relajarse. Sin forzarlo a que se te acerque más, intenta acariciarle el cuerpo. Los gatos cuando están marcado a algún humano, empiezan a dar pequeños giros y a mostrarte parte de su armonioso cuerpo. Cuando lo sientas muy confiado, frota con el dorso de tu mano la espalda y observa cómo reacciona. Algunos se arquean levemente y a veces se inclinan levantando un poquito la cola. Esta es muy buena señal. Cuando lo hayas hecho un par de veces, con tus dedos rasca un poquito sobre su espalda siempre en dirección del pelo y detente justo donde comienza la cola.

"A los gatos les suelen gustar las caricias suaves y suaves que se mueven en la misma dirección de su pelaje, en lugar de caricias de un lado a otro". Dice Samantha Nigbur, consejera del equipo de ciencias del comportamiento de ASPCA.

Repite esta unos 4 o 5 veces y solo entonces creeríamos que ya te ganaste su confianza. También puedes intentar cogerlo con el índice y el pulgar en la nuca pelo, muy delicadamente. Simula pequeños pellizcos con las yemas de estos dos dedos pero observa muy bien que a él le guste. Si gira rápidamente o se aparta un poco de ti, no lo intentes más y continua únicamente rascándole la espalda.

Si no estás seguro de si lo están disfrutando o no, esté atento a estos signos de tensión:

Gira repentinamente la cabeza para mirar su mano o a ti.

Aparta un poco tu mano con su pata

Eriza el pelo de su espalda

Sacude la cabeza

Su cola da como latigazos sacudiendo fuerte.

Gira las orejas hacia atrás.

Sin respuesta (sin ronronear, frotar, etc.)

“De lo bueno, poco”

Como te le explicamos al comienzo a los gatos por lo general, no les gusta exagerar sus demostraciones de afecto. Si lo hacen es con los miembros de su familia pero muy rara vez, con alguien que conoce poco.

Recuerda que cuando se trata de acariciar a un gato, menos es más.

Dale su espacio, no lo invadas, déjalo descansar un rato y dale la opción que él te busque. Puedes ganarte más aun sus afectos, ofreciéndole un snack para gatos y ya está, pero recuerda que lo óptimo es que lo dejes elegir si quiere a acercarse otra vez a ti.

Si lo abrumas, es muy probable que repentinamente te pueda dar un leve mordisco, un manotazo (o sacar sus garras, ¡no te asustes!) y más adelante un leve bufido. Es normal, es su lenguaje, no te sorprendas si eso llega a suceder. Lo que esta tratando de decirte es: “me simpatizas pero no me agobies por favor”

¿Cuándo coger a un gato?

Si es un gato doméstico, te recomendamos preguntarle a su familia si está acostumbrado a que lo cojan. La mayoría de gatos aceptan que los cojan y que los abracen porque ceden ante nuestras demostraciones de afecto pero lo cierto es que por naturaleza un gato jamás se deja coge por nadie ni por nada.

Puedes intentar cogerlo pero te recomendamos hacerlo con mucho cuidado y solo cuando te has ganado su confianza en su totalidad. Si decides hacerlo, levántalo con una mano sostenido su abdomen y con la otra sostén sus patitas posteriores. Jamás intentes levantarlo sujetándolo de la nuca ni dejando sus patitas sin apoyo. Podemos garantizarte que no le gustará, te propinará un manotazo y maullará tan fuertemente que te asustarás y es aquí donde el igual de asustado que tú, te puede arañar o morder.

Esto no es agresividad, es comportamiento instintivo felino. Los gatitos son criaturas muy sensibles y nerviosas, amantes de su tranquilidad y de su territorio. 

La barriga, un santuario gatuno.

Si el pequeño se acuesta en el piso y te muestra su barriga ¡eres demasiado afortunado!. Esto casi ningún gato lo hace porque su barriguita es una parte de su cuerpo que para ellos es sagrada y si casualmente te la muestra es sinónimo de confianza absoluta.

Te vamos a dar una seria recomendación: no te confíes. Puedes sobarlo sutilmente pero solo una o dos veces porque estamos casi seguros que no dejará que lo hagas más. Las personas tenemos la creencia equivocada que los gatos nos muestran la barriga porque quieren que se la acariciemos pero resulta que lo hacen porque están relajados, y no precisamente porque quieren que tú lo acaricies. Aquí es en donde el conocimiento del lenguaje felino y el canino toman mucha relevancia. 

como acariciar a tu gato
La barriga es una zona de alto riesgo. Si el gatito se acuesta y se pone panza arriba necesariamente no es porque quiere que se la acaricies.

¿Qué te han parecido nuestra recomendaciones? Obviamente si el gatito es tuyo, tú lo debes conocer mucho más que nosotros, y te saltarás casi todas las reglas ya que entendemos que es casi imposible resistirse a sus encantos y más de una vez querrás acariciarlo, cogerlo, abrazarlo y por qué no, sobarle la barriguita.

× Reservar cita previa